El martes 22 de octubre nos dejó Gustavo Gutiérrez, sacerdote y teólogo de talla mundial, quien nos heredó un legado sumamente valioso. Los días posteriores a su fallecimiento se realizaron una serie de comentarios a su memoria. En este post quiero sumarme al homenaje anotando algunas ideas respecto de quién fue y qué nos dejó.

Sin duda, su aporte teológico más importante es su Teología de la Liberación, la cual generó un impacto valioso a varias generaciones. En el corazón de la su obra se encuentra la opción preferencial por los pobres, que Gutiérrez recogió de la vivencia y recepción del Concilio Vaticano II. Su obra fue madurando durante los años 60 y tuvo una articulación clara en buna conferencia dada en Chimbote en 1968. En aquella oportunidad se le pidió hablar de la Teología del Desarrollo (en el contexto del pensamiento desarrollista que corría en América Latina) y él ofreció más bien un primer esbozo de la Teología de la Liberación.

Su pensamiento teológico fue madurando en el seno del en el Departamento de Teología de la Pontificia Universidad Católica del Perú y en el contacto diaria de la experiencia de pobreza, exclusión y sufrimiento en el continente. Es por ello por lo que el Departamento de Teología de dicha Casa de Estudios debe seguir cultivando ese legado, además de ir desarrollando otras líneas de pensamiento.

La Teología de la Liberación generó impacto en la Iglesia Católica y en la sociedad mundial. En la Iglesia Católica contribuyó significativamente a la elaboración de una teología católica moderna que hunde sus raíces en el evangelio y en el Concilio Vaticano II, además de ser la elaboración teológica desde la experiencia de fe desde regiones del mundo diferentes a Europa y los Estados Unidos. Así, la Teología que Gutiérrez nos ha dejado surge en la experiencia latinoamericana, pero también es relevante para la integridad de la Iglesia.

La emergencia de la Teología de la Liberación impactó también a la sociedad mundial, porque generó aceptación de sectores progresistas de la sociedad y el rechazo de los grupos más conservadores. Esos grupos conservadores dentro de la Iglesia exigieron que Vaticano examinara su contenido, pero no encontró nada que no sea fidelidad al Evangelio y a la Iglesia. Sin embargo, el papa Francisco le ha dado un lugar importante en la Iglesia, señalando de puede entenderse como la Teología de la Iglesia.

El pesador británico Terry Eagleton ha señalado que la Teología de la Liberación no puede ser entendida como una teología más entre otras, sino que se trata de la base fundamental para toda elaboración teológica, debido a las fuertes raíces que tiene en el Evangelio. Sin duda, el legado de Gutiérrez es monumental tanto para la teología, como para la actividad intelectual en todo el mundo. Su propia vida ha sido un importante testimonio de fe para todo creyente. La despedida a sido muy sentida no solo en Perú, sino en el mundo entero.