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LA COMPLEJA FILOSOFÍA MORAL KANTIANA

Publicado: 2022-01-06

La filosofía moral kantiana ha sido estudiada, en nuestro medio, básicamente a partir del texto de la Fundamentación para una metafísica de las costumbres y, con suerte, desde la crítica de la razón práctica y de las lecciones sobre ética. Sin duda, se trata de textos importantes del pensamiento moral del filósofo de la Ilustración. Pero ambos textos nos ofrecen una concepción recortada de su pensamiento. A ello es necesario añadir la Metafísica de las costumbres (con su doctrina del derecho y su doctrina de la virtud), sus trabajos sobre religión, el sus lecciones de filosofía de la religión como en la Religión dentro de los límites de la razón y en el Conflicto de las facultades. Pero, además, es necesario tener en claro los trabajos sobre antropología de Kant,su filosofía de la historia y sus trabajos sobre pedagogía. Todo ese conjunto de textos ternanan por ofrecer una mirada más completa de la filosofía moral de Kant.

En este sentido, quiero completar una metáfora presentada por Vicente Duran hace unos pocos meses, según la cual la filosofía moral del filósofo alemán se puede comprar con una casa que tiene unos fundamentos, unas habitaciones y hasta una chimenea. Los fundamentos es lo que no se ve de la casa se encuentran constituidos por la Fundamentación, la segunda Crítica y las lecciones de ética. Estos versan sobre las características de la voluntad moral (que es lo que no se ve en las acciones). La parte visible de la casa es lo que se ve de la acción moral y se encuentra en la Metafísica de las costumbres. Esta parte estaría constituida por dos habitaciones, a saber, la doctrina del derecho y la doctrina de la virtud. Mientras que la primera versa sobre la libertad externa expresada por los deberes jurídicos, la segunda versa sobre la libertad interna expresada por los deberes de virtud (tanto con uno mismo como para con los demás). Finalmente, la chimenea estaría expresada por la filosofía de la religión, la que interpreta las leyes moral como si fuesen mandatos divinos.

La metáfora de la casa presentada por Durán es sumamente sugerente, pero es necesario complementarla con dos elementos adicionales, a saber, con el estudio sobre el mal (entendido tanto como la perversidad humana, así también como el mal radical). Además de ello, también debe ser complementada con los estudios sobre lo que Robert Louden llama “la ética impura de Kant”, constituida por la antropología, la historia y la pedagogía. El primero de estos elementos nos permite comprender la teoría no ideal de Kant, la que tiene que ver con los esfuerzos por combatir el mal y la perversidad (que no puede ser tratada con los recursos habituales de la Fundamentación y la Segunda Crítica). Así se puede analizar de mejor manera el problema de la mentira por filantropía. En cambio, el segundo elemento, de carácter antropológico, permite comprender de mejor manera la materia a la que se aplica el imperativo categórico, a saber, el ser humano, desde la perspectiva de lo que él puede hacer de sí mismo.

Este enfoque podría enriquecer más los estudios sobre la filosofía moral de Kant y darle el cuerpo suficiente para que se desembarace de estereotipos como el de formalista, solipsista y vacía. Además del cliché de ser absurda frente al problema del mal.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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