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VENIR AL SUR

MEMORIA DE RAFFAELLA CARRÀ

"Para hacer bien el amor hay que venir al sur"

Publicado: 2021-07-05


El 5 de julio ultimo nos dejó Raffaella Carrà: cantante, actriz y uno de los grandes personajes de la televisión italiana. Proclamadora de una libertad desenfadada, que sintonizó perfectamente con el espíritu de la segunda generación de la postguerra, encontró en el canto y el baile es espacio para expresar su concepción de la vida. Una concepción tan lejana a la nuestra (tan mezquina, neoliberal y neo puritana la nuestra). Tal vez una de las canciones que representa el espíritu de ese gran ícono de la canción italiana sea “Venir al sur”. Allí dice que “por si acaso se acabe el mundo todo el tiempo he de aprovechar, corazón de vagabundo voy buscando mi libertad …; donde no hay odio ni guerra el amor se convierte en rey [y] que perdida la inocencia, en el sur se pasa mejor”. Y respecto del amor dice que “lo importante es que lo hagas con quien quieras tú. Y si te dejan, búscate otro más bueno, vuélvete a enamorar”.

Este himno al amor erótico es, sin lugar a duda, un canto a la libertad sentida, pensada y vital. Hoy ya no hay himnos como esos. Hoy, mas bien, entonamos los pacatos cantos del puritanismo ramplón y furibundo, junto con las melodías de la hipocresía de una sociedad mundial que ha decidido tener una doble vida y moral. Este fenómeno no es otro que la expresión sexual del neoliberalismo que ha hecho a la izquierda, a la derecha y al feminismo a su medida. Si Carrà votó siempre comunista (es decir en contra de la decadente y corrupta democracia cristiana que imperó en Italia desde la postguerra hasta bien entrado los años 80), el comunismo que abrazaba era progresista y liberal, lejos del actual que es reaccionario. Si ella era feminista, era por que defendía la libertad de expresar con la palabra y la corporeidad, lejos del actual feminismo identidario. Si era pro-minorías sexuales, era por ser consecuente con su concepción de la vida, la libertad y del amor. No había fardos metafísicos en sus espaldas. Liberada de absolutos rancios, putrefactos y anquilosados.

Carrà era una verdadera comunista que conjugó el hacer el amor con el vivir al sur. Al sur de Europa, en las zonas más pobres y machistas, como la España apenas postfranquista y en el deprimido sur de Italia, lastrado por la pobreza. El sur de Raffaella no era el sur de la trova latinoamericana en la que no había espacio para la sensualidad y la corporeidad, ni el sur latinoamericano actual marcado por la una derecha y una izquierda rancia, tanto ultramontana como marxista-leninista. En este mundo del agotamiento de las energías sexuales (que ni siquiera las letras del regetón logran reavivar y que no se ha liberado del machismo), la gran diva italiana pasará como un espécimen raro, una pieza del pasado y del recuerdo, digna de los historiadores y no de los pensadores del presente. Sucederá con Carrà lo que con la República del Perú y su independencia: dejará de ser una fuerza desencadenante de las energías del presente para convertirse en un bonito anecdotario de archivo de alguna biblioteca color blanco-amarillento.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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