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UN AÑO NEFASTO PARA EL PERÚ

Publicado: 2020-12-31

El 2020 ha sido un año nefasto para el mundo a causa de la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias sanitarias, económicas, sociales y humanas. Pero en el Perú ha sido particularmente traumático. Las cifras y los indicadores para el caso de nuestro país son ya suficientemente conocidas. 

Entre nosotros el 2020 fue especialmente malo porque nos hemos sumido en una crisis política profunda con consecuencias sociales que va dejando cinco fallecidos. Hay que entender que este proceso político que agravó las cosas en este país tiene larga data, pero que se agravó después de que Keiko Fujimori perdiera las elecciones el 2016. Se suele señalar que la crisis económica en la que nos encontramos se ha pronunciado por las acciones del Congreso actual, y hay quienes se preguntan si el actual es peor que el Congreso disuelto. Pero, en realidad hay que entender ambos Congresos como parte de un mismo proceso.

El 2016, después de más de una década, la hija del exdictador Alberto Fujimori tentó de ganar la Presidencia de República de la mano de la extrema derecha. El 2011 vio frustrado sueño tras perder ante un atemperado Ollanta Humala y el 2016, después de cinco años de comprar los votos de un contingente grande de ciudadanos (lo que los aún politólogos inexpertos llamaban «trabajo político», creyó que ya tenía la Presidencia garantizada. Pero al ver que PPK resultó elegido presidente, la Sra. Fujimori decidió utilizar su mayoría parlamentaria para “gobernar desde el Congreso”. Cargada de cólera y frustración, entonces, decidió sumir al país en una crisis política sin presidentes.

Resulta difícil entender al Congreso actual sin entender que se trata de la expresión y la metamorfosis del odio de la Sra. Keiko, quien parece no puede procesar la frustración. El Congreso fragmentado que se eligió apenas comenzado este 2020 que ya se va no puede ser entendido sino como una continuidad de la cólera y la frustración de una persona que tiene aún un gran poder. Si bien AP, APP, UPP, FA, PP y los demás grupos no se encuentran digitados por los chats de la Sra., el comportamiento de todas esas agrupaciones responden a una atmósfera tanática y populista que fue creado por FP.

Ahora que la Sr. Fujimori y que FP se apegan al discurso de poner freno al populismo, no hacen más que dar patéticos manotazos de ahogados. El clima político en el Perú hubiera sido mejor, no si la Sra. Keiko hubiese ganado las elecciones del 2016, sino si hubiese tenido la madurez y la salud mental de aceptar su derrota. En cambio, debido a su frustración decidió conducir al país al hoyo en el que nos encuentra el 2021 – el Año del Bicentenario.

Ciertamente, esto no exculpa al resto de la clase política. No cancela el mal manejo del ¨hábil” Vizcarra ni la modorra del “presidente de lujo” Sagasti. La vivacidad del primero y la autocomplacencia del segundo también tienen su cuota de responsabilidad. Pero la Sra. es, sin duda, la responsable mayor de nuestro descalabro.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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