GRAMSCI, PASOLINI, DE ANDRÉ
E la lotta si fa scivolosa e profonda
La izquierda italiana ha tenido como referentes a personas cuya fortaleza radica en la capacidad de reflexionar sobre sí mismos y sobre su lugar en la misma izquierda. Se trata de personas capaces de una gran introspección, inteligencia y sensibilidad que tuvieron la grandeza de no someterse a los dogmas de moda en la izquierda de su tiempo. Entre esos personajes centrales destacan, sin lugar a duda, Antonio Gramsci, Pier Paolo Pasolini y Fabrizio de André.
Gramsci fue un innovador del pensamiento de izquierda creativo y capaz de hacer lo que para la izquierda y para la derecha de su época era una herejía: ser de izquierda y católico al mismo tiempo. En sus últimos días, bajo el régimen fascista, Mussolini permitió que un sacerdote le llevase la extremaunción. Pero no fue sepultado en el cementerio católico de Roma, que era el Cementerio Oficial, sino en el Cementerio Accatolico de Roma, conocido también como Cementerio Protestante y que Oscar Wilde definió como “el lugar más sagrado de la tierra”. Ubicado lado de la Pirámide Cestia, en él se entierran a los no católicos, y a muchos ingleses. Allí, uno de los primeros en ser enterrados allí fue un estudiante de Oxford de apellido Langton en 1738. Tambien se encuentran allí también las tumbas de poetas como Jonh Keats y Percy Bysshe Shelley, así como el pintor Joseph Severn y Wilheilm von Humboldt (hijo del omónimo lingüista alemán).
Aunque católico, Gramsci fue sepultado allí, pues el régimen fascista y el Partido Comunista no permitieron que sus restos se encontrasen en el Cementerio Oficial de la ciudad. En 1950 Passolini se trasladó de Boloña a Roma y allí visitó la tumba de Gramsci y escribió uno de sus famosos libros de poesía titulado “Le cenere di Gramsci” (Las cenizas de Gramsci) de 1957. Pasolini era una persona reflexiva, inteligente y de una gran sensibilidad. Aunque su hermano fue asesinado durante la Guerra por los partisanos, él se conectó con las ideas de izquierda y se afilió al Partido Comunista Italiano. Pero, así como Gramsci tenía aspectos que escandalizaron tanto a la izquierda como a la derecha de su tiempo, lo mismo sucedió con Pasolini: no sólo era comunista y católico, sino también homosexual y poeta. Aquello era poco tolerado por la izquerda y también por la derecha de la postguerra, así que le montaron un presunto escándalo sexual por el cual fue expulsado del Partido Comunista.
En Roma Pasolini descubrió el cine, primero trabajando con Federico Fellini y luego haciendo sus propias obras. La primera de sus películas, titulada Accattona (1961), remeció la conciencia de la juventud fascista, quienes trataron de boicotear el film. Pero Pasolini encontraba la misma actitud en los antifascistas, de modo que el 16 de mayo de 1974 publicó en el Corriere della Sera un editorial titulado “El fascismo de los antifascistas”. Gran parte de su trabajo como director de cine la dedicó a volcar los recursos del neorrealismo italiano hacia la crítica radical. Los mismo ocurrió con su narrativa, como es el caso de Ragazzi di vita (1955) que se centra en la prostitución masculina. De esta manera Pasolini se convirtió en un personaje polémico que escandalizó tanto a la izquierda como a la derecha de su época. A la muerte de Pasolini Fabrizio de André compuso su canción Una storia sbagliata (Una historia equivocada).
De André ha sido sin duda uno de los grandes cantautores y poetas genoveses del siglo XX, hijo de personas vinculadas a la izquierda italiana, de quienes siguió el talante, e inspirado en la música de George Bressans, De André conectó su sensibilidad con un pensamiento reflexivo de izquierda y en Una stora sbagliata presenta la figura de Pasolini como particular y extraña para gente “normal”. Así como Pasoloni sorprendió a la intelectualidad italiana con Le cenere di Gramsci, De André hará lo mismo con su tributo a Pasolini. Con ello reclamará que se siente heredero de una izquierda heterodoxa y herética (desde los parámetros de la derecha y de la izquierda) Gramsci, Pasolini y De André representan una izquierda diferente, no dogmática, cargada de la humanidad ambigua y contradictoria que no se alinea a dogmas y a consignas, que provoca a la misma izquierda, compañías “no recomendables” porque empujan a la izquierda a pensar más allá de los parámetros establecidos.