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LIMA Y LA CIUDAD QUE QUEREMOS O DESEAMOS

Publicado: 2018-10-01

Las elecciones municipales que se celebrarán el domingo 7 de octubre dan cuenta que hace falta llevar a cabo un debate serio sobre qué dirección le quedemos dar a la ciudad de Lima. Este debate no es importante solamente porque Lima es la ciudad capital, sino porque en ella se concentra un gran porcentaje de la población nacional.  

El debate sobre Lima ha sido completamente opacado por el conocimiento de los “audios de la vergüenza” y por la lucha que el ejecutivo está llevando a cabo contra una mayoría abusiva y corrupta presente en el Congreso de la República. Es por esa razón que muchas personas que votarán en Lima ni conocen quienes se postulan para la alcaldía ni les interesa mucho. Una razón adicional para que se genere esta actitud de apatía es la creencia, muy extendida, de que los que se postulan lo hacen para robar al Estado.

Hace más de un año tuve la oportunidad de estar unas semanas en Quito, Ecuador. Se trata también de una ciudad capital, y aunque tanto Ecuador como Quito son más pequeños que Perú y Lima, sucede que el Quito la gente sí puede tener lo que se conoce como calidad de vida. El tráfico no es caótico, el transporte es ordenado, el servicio de taxis se encuentra bien organizado. Los taxis son autos pintados de color reconocible y tiene un taxímetro, de modo que no es necesario regatear el precio. La ciudad de Quito tiene importantes áreas donde la gente puede caminar y encontrarse. Se trata de una ciudad donde uno puede caminar con gusto. Incluso, para ir al trabajo. Se nota que Quito es una ciudad que ha sido pensada, y que no se trata simplemente de una ciudad que creció de manera desordenada.

Cuando uno viaja de Quito a Lima siente la pegada de una ciudad que lejos de acoger, agrede. Y la pregunta de fondo es ¿cuándo comenzaremos a pensar a Lima y tomarnos en serio su desarrollo? Esta pregunta no es simplemente fruto del deseo de querer vivir en una ciudad más amable, sino porque se trata de una cuestión que ralenta el desarrollo social, cultural y económico del país. Si dejamos a Lima en manos de las mafias políticas y económicas de siempre, el cambio que deseamos no se va a realizar. Conversando, en una oportunidad, con un migrante venezolano en Lima, él me decía que le parecía muy extraño que cuando alguien llega a una tienda pequeña o a una bodega o panadería, la gente no saluda. En Lima se ha normalizado el no saludo y el trato hostil. La agresión que significa Lima para los limeños no es otra que la agresión de los limeños entre sí. ¿Hasta cuándo querremos una ciudad así?


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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