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METAÉTICA

Publicado: 2018-08-16

En la filosofía anglosajona, especialmente la que proviene de lo Estados Unidos, se distingue en el campo de la ética tres dimensiones: a) la metaética, b) la ética normativa y c) la ética aplicada. Ciertamente, esta distinción no es aceptada por todos los filósofos y tampoco por todas las tradiciones filosóficas actuales, pero por medio de la expansión de la filosofía anglosajona ha ganado un lugar importante en el debate sobre la materia.  

La metaética estudia el origen y el significado de los conceptos éticos, como pueden ser términos como “bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto” o “racionalidad”, entre otros. A diferencia de la ética normativa (o lo que también se puede denominar la ética tradicional), la metaética no se formula preguntas como “¿qué es lo bueno?”, sino este otro tipo de preguntas: “¿qué hace una persona cuando habla acerca de lo bueno?” o “¿qué características son propias del lenguaje moral?” Este aspecto de los estudios éticos surge con claridad con la publicación del libro de George Edward Moore titulado Principia Ethica en 1903. Si bien, en esa obra no se hace uso del término “metaético”, su importancia para esta cuestión radica en que en él se hace un análisis de los términos “bueno” y “malo” y su relación con los juicios morales.

El filósofo estadounidense, Thomas Scanlon, en su libro Being Realistic abaut Reason ha señalado recientemente que la metaética contemporánea difiere en dos puntos importantes de la desarrollada durante la década 50, 60 y 70. Uno de los representantes más conocidos de la metaética de los 70 es sin duda John Mackie, quien en su libro Ética: Inventando lo bueno y lo malo indaga el estatuto metafísico de lo bueno y lo malo, y termina abrazando un escepticismo respecto de la existencia de entidades reales como lo bueno o el bien.

En la metaética de esas décadas – señala Scanlon- los asuntos centrales son básicamente dos:

a) Se centra en la moralidad y en lo correcto e incorrecto y en otras formas de evaluación moral

b) Además, se centran en la cuestión de la motivación (¿cómo los agentes pueden estar motivados por sus juicios morales?). Un ejemplo de ello es el trabajo de Thomas Nagel, La posibilidad del altruismo, en el que explora la posibilidad de la motivación moral del individuo respecto del bienestar de otras personas.

En la actual, en cambio, los temas relevantes en metaética giran en torno a las cuestiones respecto del razonamiento, es decir, las razones para creer y las razones para actuar, además de la cuestión de la normatividad (y la conexión que guarda con las razones para actuar). Asumiendo el giro pragmático, se establece una relación intima entre las razones para creer y las razones para actuar, pues se asume que una creencia es una disposición para la acción. Es en ese sentido que filósofos contemporáneos, como Christine Korsgaard, Rainer Forst, entre otros, han hecho de la cuestión de la normatividad una de sus preocupaciones centrales. Ciertamente, la cuestión de la motivación moral sigue siendo relevante, pero se le plantea en términos de razones. La metaética contemporánea establece una conexión intrínseca entre las razones y la cuestión de la normatividad, ya que esta última es pensada como un campo (campo normativo) cuyos objetos son las razones. En ese sentido se utiliza, con cierta frecuencia, el término “orden de razones” para referirse a aquél campo normativo constituido por las razones que las personas pueden compartir.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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