Reflexión de Navidad
Este año, la mayoría fujimorista a buscado todos los medios para generar inestabilidad política y económica en el país. El proceso de vacancia al que orilló al Perú ad portas de la Navidad responde a una estrategia que no puede ser caracterizada sino como vil. En estos días hemos visto aparecer una vez más lo peor de la ambiciones políticas desmejoradas, llevando a cabo acciones que han puesto en vilo la democracia en este país.
Producto de esas acciones se ha profundizado la recesión económica en el país. Muchas personas perdieron sus empleos por que las empresas en las que laboraban estaban en pérdida, y muchos comerciantes independientes han sentido una profunda pérdida en sus negocios. El regalo navideño de Keiko Fujimori para el país es la inestabilidad política que conduce a la inestabilidad económica.
Ciertamente, hay quienes afirman que el Perú ha crecido económicamente, en el pasado, a pesar de la inestabilidad política. Eso pudo ser en el pasado cuando los vientos de la bonanza económica soplaban por toda la región, debido al precio de los minerales. Pero, ahora que el precio ha bajado, la economía ya no sigue creciendo como antes. Esto hace que la turbación política afecte a la economía y que muchas personas se queden tin trabajos y sin ingresos. Muestra de ello es que las ventas navideñas han bajado significativamente y si uno sale por Lima, no encontrará la cantidad de compradores que los años pasados.
Esto no quiere decir que PPK sea del todo inocente de esta situación. Debe ser sujeto a una investigación después que que cumpla su mandato, y tiene la responsabilidad de no haber tomado las medidas políticas del caso para evitarle al país el trauma prenavideño que hemos vivido. Espero que realmente esté aprendiendo de sus errores y que despida a sus enemigos que, desde el gobierno, le pidieron que renuncie.
Lo que vamos a celebrar los cristianos en pocas horas es el nacimiento del Salvador. La Navidad es un momento importante para vivir la fe en un Dios que nos salva y a quien lo humano no le es ajeno en absoluto, sino todo lo contrario. De hecho es un Dios que se hace humano para salvarnos. Esto supone también el cuidado de las condiciones políticas del país y de la situación económica de las familias y las personas en el Perú.