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Perú: Democracia profundamente enferma

Publicado: 2017-11-17

La intentona golpísta que está llevando a cabo el fujimorismo en estos días, buscando destruir el Tribunal Constitucional, la Fiscalía de la Nación, la prensa (con el caso El Comercio) y a la misma Presidencia de la República no hace más que mostrar el desprecio que dicho movimiento político tiene contra la democracia.  Pero el hecho de que dicho grupo tenga tanto arraigo popular, arraigo que hereda de la década de los 90, muestra que la democracia en el Perú sufra de una profunda enfermedad.

Esta enfermedad no se expresa sólo en las relaciones políticas y en el hecho de que un grupo considerable de ciudadanos prefiera un gobierno dictatorial a un gobierno democrático. También se manifiesta en las relaciones sociales, en la que las relaciones entre las personas son cada vez más agresivas y violentas. Ejemplo de ello son los casos de la violación del día del censo y el escarnio que un medio de comunicación hizo de la víctima, o el reventar petardos la noche previa al partido con Nueva Zelanda en la zona donde estaban alojando y descansando el equipo de los visitantes, o las arengas contra Chile durante las celebraciones del triunfo para la clasificatoria al mundial de fútbol. Casos más extremos el desprecio ante las comunidades nativas por el caso de Bagua o el desprecio al trabajo de la CVR. Pero estamos en una sociedad enferma incluso en las relaciones interpersonales más cercanas. Las mujeres violadas, abusadas y asesinadas por sus parejas o en el seno de sus propios hogares. 

La violencia que ha impreso el fujimorismo a las relaciones políticas ha penetrado todas las esferas de la sociedad. El hecho de que los medios de comunicación le hagan el juego no es más que un síntoma de esa enfermedad.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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