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Kant, la Universidad y el Republicanismo

Publicado: 2017-10-11

En el texto de El conflicto de las facultades Kant trata de la Universidad. Esto se relaciona directamente con el hecho de que él fue profesor universitario. En tanto que filósofo, se entendía como perteneciente a una institución. A diferencia de muchos otros filósofos (como es el caso de Sócrates, Schopenhauer o Nietzsche) quienes hacía filosofía desde fuera de una institución, como la universidad, debido a que consideraban que la actividad filosófica era incompatible con la pertenencia a una institución (aunque en el caso de Sócrates sucede que se inscribe a la polis de Atenas entendiéndola como una institución y acatando sus leyes). Kant es el paradigma de filósofo profesor universitario.  

Esta situación particular parece ser contradictoria, debido a que en tanto profesor universitario, Kant debió de limitarse a enseñar determinadas doctrinas que eran sancionadas por el Estado. Utilizaba determinados manuales para dictar sus clases, los que eran aprobados por la autoridad estatal. Y dicha autoridad supervisaba el contenido de las doctrinas impartidas en la universidad. Esto era así porque se entendía que la finalidad de la universidad era formar los profesionales que el Estado consideraba adecuados para la sociedad. Es por ello que, si bien la enseñanza estaba a cargo de profesores asociados en Facultades a cargo de sus respectivos decanos, el contenido de dicha enseñanza debía de corresponder a lo que el Estado requería.

Sin embargo, Kant desarrolló una filosofía crítica que ponía cuestión los fundamentos del poder de la autoridad civil y eclesiástica. Pero ello no articulaba el contenido de sus lecciones. Había una clara diferencia entre el contenido y el objetivo de las obras que Kant escribía y las lecciones que impartía a sus estudiantes. En el contenido, la obra de Kant era filosofía crítica (en la que se ponía en cuestión los fundamentos metafísicos en los que se fundaba la autoridad), en cambio, sus lecciones tenían como contenido los manuales aprobados por la autoridad (los manuales de Baugarten, entre otros). En cuanto a la finalidad, las obras de Kant estaban dirigidos a la discusión entre los académicos (excepto texto de divulgación, como Respuesta a la pregunta ¿qué es ilustración?, entre otros). En cambio, la finalidad de sus lecciones de clase era instruir a los estudiantes en la doctrina sancionada por la autoridad.

Ahora bien, en El conflicto de las facultades Kant presenta el conflicto que guarda la Facultad Inferior (la de Filosofía) con las Facultades Superiores (Teología, Derecho y Medicina). Dos diferencias centrales entre ambos tipos de Facultades es que 1) mientras que las Facultades Superiores se dirigen a satisfacer la necesidad del Estado para preparar profesionales requeridos por éste, la Facultad Inferior (la de Filosofía) se encuentra libre de esa exigencia. La segunda diferencia es que 2) mientras las Facultades Superiores adquieren un mayor rango dentro de la institución universitaria, la Facultad de Filosofía es vista como subordinada a las anteriores. De esta manera, la filosofía en el hábito de la universidad goza de una relativa libertad.

La comprensión que tiene Kant de sí mismo en tanto profesor universitario y en tanto filósofo guardan una estrecha relación con la comprensión que tiene del republicanismo. Al republicano te corresponde discutir todos los temas en la sociedad, pero obedecer a la autoridad. Al filósofo, en tanto filósofo, le corresponde debatir e investigar respecto de los fundamentos de la autoridad, pero en tanto profesor, restringirse a dictar las doctrinas que la autoridad le exige. A la filosofía, en cuanto actividad, le corresponde indagar sobre los fundamentos, pero en cuanto disciplina dentro de la universidad, entenderse como una Facultad Inferior. El republicano debate todo lo que considera necesario debatir, pero dentro del ámbito de la sociedad, pero restringe su actividad al sometimiento de la autoridad civil. De esta manera, el republicanismo no se presenta como un proyecto político que se plantee llevar adelante una revolución política (como sí sucede en el caso de Fichte), sino abrir espacios de debate público libe y basado en razones en la esfera de la sociedad de una manera paulatina y con una finalidad reformista.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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