El pensamiento político republicano tiene una larga data, hunde sus raíces en Roma y durante el renacimiento y la modernidad retoma su importancia. En la actualidad se presenta como una vigorosa posición, que ha sido apuntalada por los trabajos de Philip Pettit, los trabajos de Thomas Scanlon, de Christine Korsgaard y de Rainer Forst, entre otros filósofos contemporáneos. Además, las ideas desarrolladas por Rousseau son un punto importante en el republicanismo durante el siglo XVIII.

Immanuel Kant es, sin duda, un filósofo republicano. Pero su republicanismo tiene una forma muy particular y su estudio puede ser de importancia para echar luces al pensamiento republicano. Las versiones contemporáneas del republicanismo entienden que éste es una forma expresión de relaciones personales, sociales y políticas emancipadas donde gana terreno la idea de libertad como no dominación. Pero la manera en que lo que presentan es como si existiese una forma de correlación entre la expresión del republicanismo en el ámbito social y en el campo político. En el caso de Kant, lo que queda claro es que esa correlación no se presenta, de tal manera que puede haber una presencia del republicanismo en el campo de lo social, pero no necesariamente en el campo político y viceversa.

La forma en la que Kant presenta el republicanismo resulta ser compatible con la experiencia de los pensadores y políticos republicanos. Esta experiencia es la soledad, que puede llegar a ser profunda, en la cual el republicano que las cosas no sólo en lo político, sino también en la sociedad, van en contra. La experiencia de los republicanos puede ser la de observar de qué manera las relaciones políticas van incrementando los abusos y el autoritarismo, además de percibir de qué manera la sociedad va aceptando y aplaudiendo relaciones políticas autoritarias y la misma sociedad se va incorporando formas autoritarias en su seno, relaciones que se encuentran también en las relaciones intersubjetivas, como la casa, las iglesias, la escuela y otros espacios. De esta manera, la experiencia del republicano puede ser representada perfectamente con la figura de José Faustino Sánchez Carrión, quien abogaba por ideas republicanas en un contexto completamente adverso. De allí que asumiera el pseudónimo de “El solitario de Sayán”.