¿ADIOS AL DÍA DEL TRABAJO?
UN PASO MÁS EN LA REVOLUCIÓN NEOLIBERAL
Todos los primeros de mayo celebramos el día del trabajo, en memoria de las luchas obreras llevadas a cabo en los EE.UU. por la jornada de 8 horas. Resulta sintomático que en en el país que dio al mundo un día dedicado a la reivindicación obrera y del trabajador en general, no se celebre dicho día. Alguno explican ese fenómeno señalando que los norteamericanos asocian el primero de mayo con una fiesta comunista. Pero, tal vez, ese elemento se refuerce con otro que termina por eliminar (borrar) de las relaciones sociales el elemento "trabajo".
Tal como lo señala Michel Foucault en Nacimiento de la biopolítica, el neoliberalismo que surge a fines de los 30 en el Coloquio Lippman va a tener una expresión muy particular en EE.UU. En Alemania y en Francia el neoliberalismo reformula las relaciones entre el Estado, la sociedad y el mercado, dejando intacta la teoría económica. El neoliberalismo norteamericano, en cambio, va a operar una reformulación de la teoría económica, cuyo fruto será la noción de "capital humano".
La teoría económica hasta antes de la revolución teórica norteamericana, sigue manteniendo la relación entre capital, obreros (o empleados) y trabajo, donde el trabajo se presentaba como un elemento de las relaciones económicas en la sociedad neoliberal. En dicha relación, los obreros venden su fuerza de trabajo al capitalista. Las reivindicaciones del 1 de mayo están relacionadas por las condiciones en que se realizará dicha transacción. Pero ¿qué sucede si de las relaciones económicas eliminamos el elemento "trabajo"? Se producirá una transformación que dejará fuera de juego toda reivindicación laboral de carácter colectiva, y que confinará al derecho laboral a las conciliaciones económicas entre partes individuales, al tiempo que da paso a la llamada "responsabilidad social de las empresas".
La eliminación del trabajo de la ecuación económica neoliberal se realiza mediante una jugada maestra que hace surgir el concepto de "capital humano". Por capital humano no se entiende a la cantidad de dinero con el que cuenta una empresa o una persona para montar un negocio. Más bien se trata del "capital" con el que cuenta cada persona para navegar de la mejor manera en el mar del mercado modelado bajo el lenguaje neoliberal. Forma parte de dicho capital el equipaje genético que haga que alguien tenga salud, fuerza e inteligencia para valerse en el mundo del mercado. Es por ello que es importante que nuestros padres hayan hecho la correcta elección de pareja para que los hijos nazcan con el mejor capital humano. Pero también éste se encuentra por las capacitaciones que cada cual ha logrado realizar para hacerse dueño de su propio trabajo. En el incremento de capacitación y de capacidades humanas, la persona va haciéndose cada vez más dueña de sí misma para nadar en el océano del mercado.
De esta manera, no interesa si una persona trabaja como independiente o para una empresa, lo que importa es que su incremento de capacidades (que es incremento de capital humano) le permite manejarse mejor en el mercado. En este giro ha desaparecido por completo elemento "trabajo" de la ecuación. De esta manera, las personas, aunque sean dependientes (trabajen para una empresa) se entienden no dentro de una relación laboral, sino insertos en un proceso de incremento de su propio capital humano. Esto da como resultado la idea del emprendedor. Éste no es aquél que decide iniciar una empresa, como se ha malentendido en nuestro medio. El emprendedor, en sentido estricto, es quien se inserta en un proceso de incremento de su capital humano, ya sea un empleado o un pequeño empresario.
Un elemento adicional del capital humano es el goce. El ir en parapente, o al cine, el relax o la cultura, incluyendo los viajes de placer o por curiosidad; todo aquello incrementa el capital humano. Las actividades que despejar la tensión o el estrés terminan incrementando el capital humano. Así que disfrutar de una buena comida con una conversación interesante forma parte del proceso económico que ha expulsado al trabajo de la ecuación. Lo mismo sucede con quienes, como yo, disfrutamos de alimentar un blog. Todo incrementa el capital humano.
Si tomamos en cuenta que la variante norteamericana del neoliberalismo se ha ido expandiendo paulatinamente por el mundo, la pregunta cae por su propio peso: ¿qué representa el día del trabajo en este nuevo contexto? No representa más que la posibilidad de incrementar el capital humano de las personas para fortalecer la explotación neoliberal, que es más sutil que aquella contra la cuales lucharon los obreros por las 8 horas. Se trata de la explotación del incremento de capacitación para el nuevo capital. Si esto es así, ¿porqué los norteamericanos no celebran el "día del trabajo"? La respuesta más lógica es porque éste ya no existe como símbolo de la relación económica.Entonces ¿porqué no celebrar el día del "capital humano" (que en realidad lo que estamos celebrando el 1 de mayo)? Simplemente porque no representa una conquista sino una forma más sutil de explotación