El viernes 24 de marzo último se celebraron los cien años de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Desde sus inicios la PUCP hizo valer sus dos características fundamentales: el ser una universidad y el ser católica. En tanto Universidad, ha apuntado desde sus inicios a la excelencia académica y al servicio al país y al mundo. La búsqueda de esa excelencia académica se consiguió organizando a la PUCP en torno a sus Estudios Generales letras y a sus Estudios Generales Ciencias. Ambas facultades fueron colocadas como pilares por el padre Felipe McGregor durante su rectorado. Ello permitió que los estudiantes y los profesores puedan tener una formación articulada en humanidades y ciencias.

Como católica, la PUCP se conecto desde muy temprano con una exigencia propia del cristianismo, exigencia que proviene de la voz profética. La voz profética es la que surge de los profetas de Israel y se levanta como una denuncia ante las injusticias que cometen las instituciones y la sociedad contra los marginados y excluidos. Quien porta la voz profética se compromete contra las injusticias. La universidad como institución profética busca vivir dentro de sí la sociedad que deseamos para nuestra sociedad en el futuro. Por eso busca reducir lo más que puede las injusticias que persisten en su interior y volverse cada vez más democrática. Aunque, en la PUCP queda mucho trabajo por hacer al respecto, su gobierno democrático y la apertura al diálogo le permiten seguir el hilo de las injusticias para poder hacerles frente.

Pero esa voz profética también se ha mostrado en la relación de la Universidad con la sociedad y el país. Su compromiso se ha manifestado en la formación de profesionales que se encuentran al servicio del país. Por ejemplo, de los 18 ministros del gobierno actual, 8 son egresados de la Católica. Pero, además, la PUCP ha asumido compromisos con el país de manera institucional: el fomento y el apoyo a las artes en el país, el fortalecimiento en la investigación científica y en compromiso con el combate contra las injusticias. En esto último destaca claramente el compromiso de la Universidad con la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, cuyo presidente fue el Dr. Salomón Lerner Febres, entonces Rector de la PUCP. Actualmente, la PUCP busca mantener la altura en el debate político, apoyando a la prensa independiente y al análisis político, dado que en el Perú actual el debate político serio casi ha desaparecido y la prensa de análisis político serio y de calidad es prácticamente inexistente.

Es por esa voz profética, que se inspira en su ser Católica, que la PUCP se ha granjeado la enemistad de muchos grupos radicalizado , grupos a los que no les interesa el debate político serio, la reflexión sobre el país y el combate contra las injusticias y las violaciones de los Derechos Humanos. Los intentos de acallar la voz profética de la PUCP han sido reiterados y han venido de diferentes sectores, desde los sectores eclesiales más conservadores hasta los movimientos políticos más extremos. No obstante, la PUCP se ha mantenido sólida, coherente y del lado de la Iglesia en todo momento y ha logrado hacer frente a las amenazas que la acechan.