¿INCURSIÓN CONSERVADORA?
LA UPC Y EL SODALITIUM
Es sabido que la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) tiene una clara orientación técnica y empresarial, y que se trata de una empresa privada con fines de lucro, gracias al decreto que Alberto Fujimori diera hacia fines de los 90. Aunque se espera que una universidad fomente las artes, las humanidades y el espíritu crítico a sus estudiantes, e irradie tal espíritu a la sociedad, la UPC está dentro de la normatividad vigente y, aunque no es lo deseable, es lo legal.
Sin embargo, hasta hace poco, dicha universidad ha mantenido un Departamento de Humanidades cuyos profesores han impartido el espíritu crítico propio de las humanidades. Así, ha ayudado a los estudiantes a reflexionar sobre un conjunto de temas importantes del pasado reciente hasta la actualidad del país. Eso, especialmente, en el curso "Ética y Ciudadanía". Así, se han tocado temas como el del conflicto armado interno, el problema del autoritarismo y la necesidad de fortalecer la democracia y el respeto por la diversidad. Dicho curso servía, hasta hace poco, de contrapunto ante la orientación básicamente técnica y empresarial de la Universidad.
Sin embargo, esto pareciera comenzar a cambiar por el posicionamiento de dos personas vinculadas al SVC (Sodalitium) en puestos claves del área de humanidades y de investigación. La primera de ellas es Ricardo Morais Xavier (https://www.linkedin.com/in/ricardo-morais-xavier-a3536230/), quien fue miembro del Movimiento Sodalitium, estudió en la Universidad de Piura, universidad regentada por el Opus Dei. Además, Morais trabajó hasta el 2011 en el colegio Nuestra Señora de la Reconciliación, del Sodalitium. Actualmente ha sido nombrado Jefe del Departamento de Humanidades de la UPC.
La otra persona es Alfredo García Quesada (http://www.fsnoticias.org/noticias/evangelizar-la-cultura-es-aproximar-el-evangelio-al-ser-humano-7550 ), (https://blogs.upc.edu.pe/noticias-upc/noticias/upc-es-la-3ra-universidad-privada-con-mayor-investigacion-en-el-peru ), quien es miembro activo del Movimiento sodálite y ha sido nombrado Director de Investigaciones de la UPC. Además, la Universidad ha puesto a García Quesada como profesor del curso de Ética y Ciudadanía.
El nombramiento de estas dos personas ha inquietado sobremanera a los profesores del Departamento de Humanidades de la UPC, especialmente a los profesores del curso de Ética y Ciudadanía. El temor es que con los nuevos cambios los cursos del departamento, y en especial, el de Ética y Ciudadanía abandonen su talante humanístico, reflexivo y crítico de la sociedad y que comiencen a convertirse en centros de adoctrinamiento del pensamiento conservador. Así, en cambio de la defensa de la democracia, los derechos humanos, el rechazo del autoritarismo y la reflexión sobre lo sucedido durante el conflicto armado interno, el curso se convierta en un espacio de enseñanza de la ley natural, el ataque contra la mal llamada "Ideología de Género" y la defensa de la autoridad frente al debate democrático.
Estos temores podrían tener cierta base si consideramos que el Movimiento Sodalitium fue fundado por Luis Figari, bajo la estela de la ideología autoritaria Primo de Rivera. Como es sabido, Primo de Rivera fue un intelectual y político español reaccionario de la primera mitad del siglo XX, fundador de la Falange española y cercano a Francisco Franco. La proximidad entre su ideario y el fascismo es más que evidente. Entre sus ideales destacan la conformación de una sociedad católica, el fomento del autoritarismo de un Estado confesional, el rechazo a la democracia y el desprecio al pluralismo. El Sodalitium es famoso por imponer (con particular verticalidad) en las instituciones que controla o en las que ejerce una poderosa influencia, una concepción metafísica premoderna de la realidad (de inspiración medieval) y una teología deductiva que no admiten cuestionamiento ni debate; una antropología metafísica dogmática que condena el “modernismo” y sus supuestos “productos”: el pluralismo democrático, los estudios de género, el método histórico-crítico, la teología de la liberación, las filosofías post-metafísicas. El hecho de que estas personas ligadas al Sodalitium estén ocupando puestos claves en la UPC podría significar el reemplazo de la reflexion social por el pensamiento de talante filo-falangista en las aulas de una universidad que es importante en el Perú. Estamos hablando de un país que quiere sentar las bases de un Estado laico y democrático, donde cada ciudadano tenga una voz en la discusión sobre que es mejor para él.
En el libro Mitad monjes, mitad soldados se ha destacado sobre todo los terribles abusos físicos que sufrieron los jóvenes a manos de algunos de sus líderes. Pero no se ha hecho notar suficientemente el abuso ideológico. Imponer a otros la idea falsa de la intolerancia como virtud. Que es bueno protegerse dentro de una doctrina dogmática que no admite cuestionamiento y que condena la crítica y el desacuerdo razonado. Que considera que quien piensa diferente es un condenado. Que valora la “disciplina del sometimiento” y menosprecia la libertad de conciencia. Lean el libro. No queremos nada de eso en nuestros campus universitarios.
Por supuesto, las personas mencionadas son personas respetables, pero estos temores también son dignos de respeto. Esta reflexión, antes de expresar una preocupación sobre personas, da razón de una preocupación por la presencia de un grupo que tiene cuestionamientos justificados sobre su proceder con las personas y con las ideas.
Además, todo esto levanta una serie de interrogantes, que merecen respuesta a través de una investigación periodística seria. ¿Por qué una universidad empresarial como la UPC da cabida a personas que tienen un pensamiento extremadamente conservador? Y, ¿por qué motivos, la UPC le da oxigeno a un movimiento que se encuentra seriamente cuestionado por abusos físicos, sexuales y psicológicos contra jóvenes, un movimiento cuyo líder máximo tiene que saldar cuentas con la justicia y se encuentra en Roma para evadir la ley? . Este movimiento religioso debería estar más interesado en examinarse a sí mismo, separando el trigo de la cizaña, que ejercer control sobre la cultura académica. Estas y otras preguntas ameritan una investigación para poder saber cuáles son los intereses que podrían estar tejiéndose en este caso.
Quien tiene una idea diferente sobre el tema, es bienvenida para discutir y desarrollar argumentos.