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EXIGENCIAS DEL DEBATE ÉTICO Y POLÍTICO

Publicado: 2016-11-13

Desde el punto de vista filosófico, ética y moral son dos términos que tienen el mismo significado. El primero proviene de la palabra griega ethos y el segundo lo hace de la palabra latina mos, moris y se refieren a carácter, costumbre y rectitud. El términos generales, la ética (o moral) buscan dilucidar reflexivamente tanto de qué manera debemos vivir como cuál es la distinción entre lo correcto o incorrecto. Lo importante es que todo ello se determine deliberativamente y se asuma como pautas para ajustar nuestra conducta 

La construcción de las pautas y principios éticos no sólo se realiza por medio de la deliberación, sino que tiene relación directa con el ejercicio de la libertad, y el discernimiento en democracia, no así con creencias o credos que establecen dogmas o anteponen juicios de valor. Es por eso que la moral se diferencia tanto de la religión como del derecho.

Uno de los elementos centrales de la ética es la idea de dignidad. Esta idea no es un dato de la naturaleza humana ni algo que se encuentre inscrito en el orden del mundo o provenga de un mandato divino. Se presenta, más bien como la exigencia de que el ser humano, en tanto racional, no puede ser instrumentalizado. Quien mejor ha presentado esta idea de dignidad es el filósofo alemán del siglo XVIII Immanuel Kant cuando en la segunda formulación del Imperativo Categórico él señala que debemos considerar a toda persona siempre como un fin y nunca sólo como un medio.

Esta idea de dignidad trae consigo la idea de que al momento de deliberar respecto a las exigencias morales, al momento de tomar aclararnos qué es lo correcto e incorrecto para nosotros aquí y ahora, no podemos dejar fuera de dicha deliberación a persona alguna. Esta idea ha sido resaltada de manera muy especial por los filósofos contemporáneos Thomas M. Scanlon y Rainer Forst, entre otros.

A veces en el debate, y esto sucede tanto en la discusión política como en la deliberación moral, las personas participan motivados por la consecución de sus intereses, de manera que el debate se convierte en una negociación respecto de quién gana que tanto y quién sede tanto. Ello termina pervirtiendo la idea de la ética y la política. Lo que deben buscar los debates es llegar a principios que nadie, debidamente motivados, puedan rechazar razonablemente (Scanlon, Lo que nos debemos unos a otros). De esta manera, participar en debates morales o políticos supone el estar motivados en llegar a acuerdos morales o políticos respectivamente, no estar motivados en lograr que sus intereses prevalezcan

Sucede a menudo que en el debate político las diferentes organizaciones y grupos sólo deliberan entre quienes piensan de manera muy similar. Muchas veces, los grupos buscan llegar a acuerdos políticos entre los que le son afines, entre los que piensan como ellos, entre sus grupos de amigos. Esa es una actitud que podríamos calificar de “tribalista”: sólo considero los puntos de vista o, peor aún, sólo debate y converso con los que piensan como yo; sólo debatimos con “gente como nosotros”. De tal manera que dejamos fuera a aquellos que vienen de otras tiendas políticas.

En cambio, de esa actitud, en los debates políticos, los participantes deben buscar debatir con todos y la deliberación debe estar motivada por la búsqueda de llegar a acuerdos razonables, en los que no se imponga una posición por la fuerza sino porque la asisten los mejores argumentos, y debe considerarse a todos en su dignidad, en tanto “centro de razones”, es decir, en la capacidad de dar y recibir razones

Es importante introducir exigencias éticas o morales en la vida política, como por ejemplo llegar a aceptar que un acuerdo político moral no es una suma simple de intereses particulares o individuales. Los acuerdos basados en los intereses del más fuerte, no son acuerdos morales no políticos. No constituyen acuerdos políticos porque no responde a la pregunta centrar en la que se funda el debate político, a saber ¿quiénes somos y quiénes queremos ser?


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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