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LA MUERTE Y LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

UN ASPECTO

Publicado: 2016-10-16

La perdida de la personas parentales, como son el padre o la madre, es una experiencia dolorosa. Pero también es algo esperable, especialmente después de que los años ya se han acumulado. Una cosa muy diferente sucede cuando fallece una persona joven, ya sea de pronto o como consecuencia de una enfermedad. 

Estos acontecimientos pueden ser leídos y vividos de muchas maneras. Depende de las experiencias y las creencias que uno tenga: En el caso de la pérdida de los padres cuando se es adulto y se tiene fe tiene muchos significados, de los que quiero señalar sólo uno de ellos.

Algo que está presente en la experiencia de fe, especialmente en la mía, es la de Dios como un Padre amoroso. Esta experiencia de fe no viene del aire, ni de lo "alto", tampoco se gesta en apariciones en el sueño. Se trata de la experiencia de haber tenido padres amorosos y que, con todas sus virtudes y defectos, han buscado amarme a mí y a mis hermanos, de la mejor manera que han podido. 

La otra fuente de esta fe es haber vivido la fe en una comunidad donde la idea del amor de Dios es centrar, como es el caso de la Congregación de los Sagrados Corazones. La experiencia directa con José Luis Ramirez,  Jan Scheepens, Gastón Garatea y Hubert Lanssiers, entre otros, junto con la vivencia de fe en la Comunidad Héctor de Cárdenas; son referente, repito, de la experiencia del amor de Dios hacia el creyente. 

En ese contexto aprendí, desde muy joven que creer en Dios no es creer una doctrina, como en el Catecismo Romano. Tengo respeto por el Catecismo por que representa parte del legado de la gran comunidad que es la Iglesia. Pero no es el único legado, ni el más importante. Sin duda, el legado más importante de esa inmensa comunidad es la experiencia de Jesús y la multiplicidad de vivencias que esta experiencia suscita en la vida de los creyentes. 

Jesús nos enseñó que Dios no es una entidad metafísica lejana, misteriosa. Dios no es un enorme ojo que va tomando nota de lo que hacemos en la caye, en la casa , en nuestras habitaciones y en lo más profundo de nuestras mentes, corazones e instintos. La gran enseñanza de Jesús es que Dios es un Padre amoroso. Su propia experiencia de fe está basada en esa vivencia. Si uno ha tenido padres amorosos y ha tenido la suerte de conectarse con una comunidad religiosa que tiene claridad sobre eso, puede experimentar una profunda alegría, serenidad, paz y confianza, a pesar de que las circunstancias sean de pérdida.

Una de las cosas que me genera mayor tristeza es la vivencia de Dios que algunos de mis estudiantes de Ciencias de la Religión en la PUCP es que se encuentran encadenados a una imagen de dios veterotestamentaria, la imagen de un Dios castigados, que es una entidad observadora de nuestros pecados. Parece ser un Dios que jamás se encarnó y que no experimentó lo que es ser humano. Atrapados en una doctrina debatible que enfatiza el temor a la esperanza, y la observación de la norma a la actitud profética. Y más tristeza me causa el que esa imagen coactiva de Dios haya que muchos jóvenes deje la creencia religiosa io se vayan a otras Iglesias porque el mensaje que se les dá está completamente adulterado.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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