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EL COLOR DE LA VIOLENCIA

EN TORNO A LOS SUCESOS RACIALES ESTADOUNIDENSES

Publicado: 2016-07-12

Los sucesos de los últimos días en Estados Unidos (entre los que ha destacado la matanza en Dallas) han mostrado una vez más el problema racial no resuelto en ese país. Ese problema, manifestado ahora a través del ataque de parte de las fuerzas del orden contra los afroamericanos de manera injustificada, se ha radicalizado en los últimos tiempos. Tal vez no es de extrañar -aunque resulta completamente censurable, que en estos tiempos en que las identidades de han crispado y los grupos se han radicalizado, estos hechos se manifiesten en una magnitud espeluznante. Una muestra de esta racionalización es, sin duda, el peligroso ascenso político de Donald Trump.

Hace pocos años, la abogada norteamericana Michelle Alexander publicó un excelente libro titulado El color de la justicia, cuya tesis central es que desde la esclavitud de los afroamericanos hasta nuestros días se ha mantenido un mismo patrón de conducta social en los EE.UU., a saber, la segregación.  Antes de la Guerra Civil, la manifestación de la segregación fue la esclavitud. La Guerra Civil tuvo como centro la cuestión de la esclavitud, pero aunque los Estados del Sur (unidos en la fuerza de los Confederados) fueron derrotados por los Estados de la Unión, los perdedores lograron imponer sus condiciones. La condición central que los Estados del Sur impusieron fue la desigualdad en derechos y libertades  e institucionalizadon una sociedad secreta denominada el Ku Klux Klan. Durante la segunda mitad del siglo XX se formaron varios grupos de resistencia ante la segregación, entre los cuales destaca la asociación denominada Hermanos Musulmanes, cuyos representante más destacado fue Malcolm X, quien proponía la articulación de un black power que forjara una América Negra.

La lucha por los derechos civiles, liderada entre otros por el Dr. Martin Luther King jr. asumió un camino diferente al de Malcolm X. El Dr. King abogó por la erradicación de la segregación y por la igualdad de derechos y libertades entre todos. No se planteó en ningún momento voltear la tortilla y segregar a los blancos. Gracias a los esfuerzos de King y de muchos otros, como el presidente John F. Kennedy, se logró derogar las leyes que sancionaban la segregación. Pero como u n espectro que se cierne sobre la sociedad norteamericana, la segregación volvió a legalizarse a través de la política de lucha contra la delincuencia y contra el narcotráfico. El presidente republicano, Donald Reagan, intensificó las facultades legales para utilizar a la policía como la nueva herramienta. Primero fue la investigación y encarcelamiento de los afrodescendientes, luego la utilización de la brutalidad policial, sin investigación previa ni orden alguna. Esta nueva forma es la política del disparar a quemarropa.

La tesis de Alexander no es que la sociedad norteamericana ha tenido una actitud anti afroamericano en contra de la ley, sino que la misma sociedad se las ha arreglado para que la ley proteja la segregación. 

En toda esta horrenda historia de odio y desprecio, resulta asombroso la mutación del Partido Republicano, con Jefferson abogó por la igualdad entre las personas y que con Lincoln había abolido la esclavitud,  y que actualmente se manifiesta a favor de utilizar a las fuerzas del orden en contra de los afroamericanos. Es conocido por todos la cercanía que el candidato republicano Donald Trump tiene con el Klan y cómo, en su plataforma de campaña se encuentra la idea de la segregación por medio de la ley. 


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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