Sería un error desestimar los indicios de la DEA respecto de las conexiones de entre Keiko Fujimori y el narcotráfico. Si bien, tales indicios no constituyen aún una prueba legal definitiva, muestra conexiones delincuenciales. Los narcotraficante, calificados por el fujimorismo como "chicos malos" con los que hay que conversar, son en realidad delincuentes que pueden seguir  teniendo negocios con el clan oriental. No hay que olvidar que durante el gobierno de su padre se había encontrado material para el narcotráfico en el avión presidencial y en los buques de la marina de guerra. Así como también se ha encontrado droga en las camionetas de Kenji Fujimori. Sin dejar de contar el hecho de que los Panama Papers han involucrado a personajes fujimoristas importantes.

Esta vez, la misma candidata presidencial se encuentra involucrada en una investigación seria de la DEA y presentada en un reportaje preparado por un prestigioso periodista mundial, ganador del premio Pulizer. Estamos hablando de una denuncia sumamente seria, que en otros países  haría caer  gobiernos enteros. La pregunta que podemos hacernos, de manera legítima es ¿qué pasa en el Perú, para que cosas así pasen por agua tibia? ¿Qué tiene que pasar para una candidatura presidencial como la de Keiko Fujimori se derrumbe? ¿Qué esperan los fiscales de la nación para actuar de oficio frente a esta acusación gravísima?

Esta mañana, por la radio francesa, el periodista que cubría esta noticia mostraba cierto estupor al ver cómo los entrevistados sostenían que era probable que frente a estos hecho, las cosas queden como antes. Esperemos que si la justicia no llega por la vía judicial, sí brille en el voto de los ciudadanos.  ESpecialmete, de aquél porcentaje de indecisos y de los militantes del FA, que tienen una responsabilidad moral, más allá del cálculo político de lo que pueden negociar con PPK