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DEMOCRACIA Y MAYORÍA

SOBRE LA DICTADURA LEGITIMADA POR EL FASCISMO

Publicado: 2016-02-14


Muchas personas de a pie, político e intelectuales identifican a la democracia con el gobierno de la mayoría sobre las minorías. Este identificación no es más que una confusión que ha sido fomentada y aprovechada los regímenes autoritarios. En el gobierno del exdictador y actual presidiario se apelaba a lo que se llamaba "democracia directa" que no era más que la aclamación popular. La misma aclamación que "legitimó" a Hitler y a Mussolini para que cancelaran con un aplauso las instituciones democráticas como la división de poderes, los derechos fundamentales y demás.

Parece ser que el aplauso, la aclamación popular pudiese justificarlo todo, y que eso se llamaría democracia. Pero eso es una nefasta confusión. Una de las raices de ella se encuentra en el hecho de que en los comicios se elige a los representantes, a los presidentes o a los alcaldes por mayoría. La idea de que el voto de la mayoría gana en esos contextos se debe a que no existe otra forma de elección que sea compatible con la democracia. Pero ello no quiere decir que en una democracia la mayoría tiene mas derechos. Si eso fuese así, lo que debería suceder es que quienes van a votar por la persona que se encuentra puntera en las encuestas van a tener dios votos y el resto sólo uno. Pero eso es absurdo.

Al parecer, hay una tendencia perversa en los países donde las élites económicas han fomentado el populismo para salirse con las suyas a costa de la mayoría y para oprimir a la oposición o a la minoría (al respecto véase el post de Gonzalo Gamio, Vox Popoli en http://gonzalogamio.blogspot.pe/2016/01/vox-populi.html). Utilizar la mayoría contra la minoría para pisotear a la minoría es una estrategia muy antigua. Respecto de ello Fabrizio de André había mencionado lo siguiente:

"Las mayorías tienen la costumbre de mirar hacia atrás y contarse. Pensemos en los católicos. Se miran, se cuentan: somos seiscientos millones. Por otra parte se presentan los musulmanes y dicen: nosotros somos mil millones y dos. Y según estos números se sienten en derecho de oprimir y humillar a aquellos que no piensan como ellos.Esto no sucede solamente en el ámbito religioso. Sucede un poco en todos lados.Así, las mayorías le dan un destino miserable a las minorías"

La democracia se encuentra completamente lejos de la idea de la dictadura de la mayoría. Ella, más bien garantiza los derechos fundamentales de cada persona y, desde el aporte de John Suart Mill, de las minorías contra las mayorías. Sucede que incluso en las aulas universitarias esta idea no esté clara y siempre haya muchos estudiantes que confundan a la democracia con la opresión de las minorías a manos de las mayorías. Comprendo que piensen de esa manera porque los medios de comunicación y el stablishment político girado hacia el fujimorismo ha difundido esa idea con todo lo que ha podido, de tal modo que se ha vuelto una creencia de sentido común. Así como el exdictador ganó elecciones democrática y fue modificando las reglas de juego político para legitimar su gobierno dictatorial, no hay nada que garantice que si el fujimorismo llega al poder nuevamente no vuelva a utilizar la misma estrategia. Si los operadores políticos siguen siendo los mismos, ¿qué garantiza que la estrategia no sea la misma? Con Alberto se sabía cuándo tomo el poder, pero, hasta que el 2001 fue derrocado no se sabía cuándo lo abandonaría.

Así como debemos estar prevenidos del argumento fujimorista de que la democracia es el poder de la mayoría, debemos de estar prevenidos delargumento de Mijael Garrido Lecca (quien es dueño de Altavoz, no por su talento en el análisis, sino por poder económico que tiene) según el cual las minorías pudientes deben ser protegidas de las mayorías menesterosas. El dueño de Altavoz señala que la reforma agraria fue un atropello de los derechos de mas minorías por parte de las mayorías. Ese argumento es inconsistente. A ese joven le falta conocer cómo se lograron las grandes acumulaciones de tierra de parte del poder económico y las condiciones de vida de los campesinos antes de la reforma. Otro argumento, es el que surgió cuando la policía puso tras las rejas a una mujer de clase media-alta hace unos meses. A raíz de esta detención se acuño una idea bizarra según la cual existía una minoría blanca, pudiente (y achorada) que estaba siendo perseguida. El argumento es aquí el siguiente: si la policía pone en la cárcel a alguien de clase alta y que comente una falta, se trata de un abuso de autoridad y de una persecución de una minoría étnica, en cambio, cuando hace lo mismo con personas inocente sólo por que son "marrones" y de barrios marginales está justificado.

Tanto el argumento de que la mayoría tiene más derechos como el que señala que hay una minoría blanca y adinerada perseguida comparten en mismo nombre: fascismo. No podemos darnos el lujo de dejar que estos argumentos, ideas y conductas prosperen y que los grupos que las apoyan tengan poder político. Eso será cancelar la democracia con un aplauso multitudinario.


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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