A raíz de que se instaló el proyecto neoliberal en el Perú (que consiste en cuatro medidas muy precisas, a saber, la reducción de los derechos fundamentales, el debilitamiento de los derechos laborales, la desregulación del mercado y el adelgazamiento del Estado), con el gobierno dictatorial de Alberto Fijimori, los medios y los políticos han ido desarrollando una campaña sostenida -y últimamente virulenta- de  estigmatización de la izquierda. 

Gonzalo Gamio ha escrito recientemente respecto de este tema un post titulado La izquierda, esa herejía  (en http://gonzalogamio.blogspot.pe/2015/12/la-izquierda-esa-herejia.html) en el que se muestra claramente esta actitud de la prensa, los blogs (como la El montonero y La abeja) y la mayoría de los políticos.  Pero, ¿qué significa ser de izquierda, para ellos? Entre otras cosas, estar del lado de los Derechos Humanos y exigir estándares de calidad para la inversión minera,  así como exigir la laicidad del Estado.  Todas esta exigencias resultan ser anatemas, apostasías, y herejías que, desde el punto de vista de la derecha extrema , se deben extirpar del debate político. 

Pero, aquello que esta derecha entiende como "debate político" se concentra en una simple y  pobre pregunta: ¿cómo reactivar el crecimiento económico? De esta manera, las cuestiones referidas al fortalecimiento de las instituciones políticas queda fuera de la reflexión. Más bien, dicho tema sería tildado de una nueva herejía de la izquierda.  

De hecho, muchos candidatos a la presidencia consideran que el tema central es el de la reactivación económica. En ese debate, la palabra clave parece hacerse convertido en una cifra, es decir, si creceremos tanto o cuanto por año. Si bien, el problema económico es relevante en grado sumo, pero el fortalecimiento de las instituciones políticas no es algo que pueda dejar fuera del debate electoral y político. 

Políticos, como Ántero Flores Araoz, muestran no sólo desinterés por las instituciones políticas, sino cierto desdén por ellas. En una reciente entrevista en el programa Hora Clave en ATV +, en el contexto del debate del financiamiento a los partidos políticos, señaló que entendía que eso podía preocupar a algunos, pero que él estaba convencido de que había cuestiones mucho más importantes, como el poder llevar agua, luz y desagüe a lugares alejados. Es decir, el fortalecimiento de la democracia es visto como un lujo que aún no podemos darnos. 

La actitud de Flores es sintomática de una clase política y de un periodismo mediático de derecha que está aprovechando el temor de la inseguridad y el pavor que genera la desaceleración económica para ganar réditos y seguir imponiéndose en la sociedad.  Ese contexto les sirve para estigmatizar a la izquierda y dejar fuera sus propuestas, como la de el fortalecimiento de las instituciones democráticas.