Tanto apristas como pepecistas proclaman que su alianza electoral constituye un "acuerdo entre dos partidos institucionalizados". De acuerdo a esta idea, dicho maritage  sería la mejor opción que los peruanos podemos elegir, puesto que:

1.- Tanto el APRA como el PPC son los partidos más antiguos que tenemos y los más institucionalizados.

2.- El Perú necesita fortalecer las instituciones elegir a dicha alianza electoral abonará a este objetivo.

3.- Las demás opciones generarían inseguridad porque no se trata de partidos institucionalizados en absoluto o no de tan larga data.

Ciertamente, se esgrimen otras razones por las cuales deberíamos elegir esta alianza. Pero más alla de ellas, es necesario aclarar algunas cosas:

Si bien el APRA y el PPC tienen muchos años de existencia, desde hace varios años se encuentran en graves problemas respecto de su institucionalidad. En el caso del APRA, la presencia de Alan García ha sido un factor de destrucción del mismo partido. García se ha encargado de bloquear el surgimiento de liderazgos que le puedan hacer sombra y, debido de los juicios sobre los narcoindultos el partido en su totalidad se encuentra profundamente dañado. 

Si bien el APRA se mantiene como una maquinaria organizada, eso no signifique que se encuentre en el mejor momento de su institucionalidad. La institucionalidad de un partido político tiene que ver con la transparencia con el que actúa y la fortaleza de sus procesos democráticos en que se conducen sus relaciones al interior. Eso no existe en el APRA actual. Los líderes, encabezados por García, han debilitado profundamente dichos procesos. Su candidato se ha convertido en un  dictador dentro del partido. De otrio modo, no se puede entender por qué desde 1985 no tengan la capacidad de producir otro candidato. O, de qué manera explicar que varios miembros de la JAP señalen abiertamente que "sabemos que Alan García es un mal elemento, pero lo vamos a apoyar porque con él podremos ser gobierno por tercera vez". 

El PPC, a su vez, está pasando por la crisis más fuerte de su historia, a través de las disputas entre Lourdes Flores y Raúl Castro.  La ruptura estuvo muy cerca hasta que sucedió el fallecimiento de Luis Bedoya de Vivanco. La institucionalidad interna del PPC está pasando por su peor momento. Si esto es así, la idea de que la alianza entre ambos partidos es para levantar los niveles de institucionalidad de la política en el Perú sería una mentira electoral y nada más. 

Pero, además se ha dicho que el dicha alianza tiene como objetivo fortalecer la democracia en el país. Sin embargo, como bien ha señalado Enrique Castillo, ésta se fortalece dándole mayor vigor al sistema de partidos. Para eso, lo que se debe buscar es fortalecer el surgimiento de nuevos y más partidos políticos en vez de fusionar los que ya hay. La "unión civil" Alan -Lourdes es una fusión, no un fortalecimiento de partidos. 

Además, para culminar, podríamos preguntarnos qué garantiza un tercer gobierno de Alan García ¿sólo que dejará el cargo después de 5 años?. Tal vez es una mejor opción ante lo que el fujimorismo representa. De los sujimoristas se puede decir que uno sabe cuándo entran en el poder, pero jamás sabremos cuándo lo dejarán o de qué manera renunciarán ¿acaso por WApp? Lo que si se puede vativinar mejor es que lo harán desde la patria del sol naciente.