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ENFOQUES SOBRE LA CORRUPCIÓN

¿DEMOCRACIA VS. CRECIMIENTO ECONÓMICO?

Publicado: 2015-09-28

La semana pasado tuve el honor de compartir una mesa para comentar una conferencia del actual Defensor del Pueblo (e) Enrique Vega Llona. El tema de la exposición fue el de la corrupción. 

Como era de esperar, el exponente realizó una brillante exposición, inspirándose en el ya clásico libro de Alfonso Quiroz respeto de la historia de la corrupción en el Perú.  La definición de la corrupción que el libro sugiere se puede parafrasear de este modo: el uso de bienes (dinero) públicos en beneficio privado. El enfoque tiene un primer problema, a saber, en que supone que la corrupción no existe en el ámbito privado, como , por ejemplo, las empresas privadas.  Pero el expositor y los otros dos comentaristas cerraron aún más el concepto de corrupción en torno a la dimensión económica. Atónito llegué a escuchar que si no hubiera habido corrupción  el Perú ya habría tenido tal desarrollo económico que se ubicaría en el primer mundo. Felizmente, no se trató del Defensor del Pueblo quien dijo esa brillante frase (digna de quien considera que los derechos humanos son una herramienta que defiende los derechos del futuro y no las violaciones del pasado). Pero debo de decir, con cierta consternación, que la exposición del Dr. Vega se daba pie a ese tipo de comentarios.

Y es que durante la exposición, se hizo sólo una sola mención a la democracia, y ninguna a la justicia. El enfoque economicista de la corrupción que predominó en esa mesa desconectaba claramente desarrollo y democracia. Desde este punto de vista, se podría defender la idea de que si la democracia no detiene la corrupción que ralenta el crecimiento económico, se justificaría apoyar una dictadura, y todo en nombre de la defensa del pueblo. Es decir, se defiende al pueblo del decrecimiento económico y no de la restricción de los derechos que una dictadura podría imponer.

Ciertamente, esto no es lo que desea nuestro Defensor (e), pero las premisas de las que parte conducen a esa conclusión. No es que tengamos en esa institución a una persona antidemocrática, sino que se trata de alguien que no ha examinado suficientemente las premisas de sus argumentos.

De hecho, la corrupción no sólo desfinancia al Estado, sino que se trata de un mal generalizado en la sociedad que se muestra en las múltiples formas de injusticias que dominan nuestras relaciones como ciudadanos y personas.   Las injusticias pueden ser activas (uno mismo las comete) o pasivas (uno no hace nada para evitarlas) y desquebrajan el tejido social. Con ello la democracia se encuentra debilitada. ¿Qué sucede en el Perú para que esto suceda? Una de las causas de este fenómeno nefasto el modelo de educación autoritaria basada en la idea de "valores" que se ha enquistado en las escuelas. Esta forma de educación ha adquirido un nuevo ribete, que es la educación para el emprendedurismo, que desestructura aún más las relaciones sociales.  

Vistas las cosas de esta manera, alguno podría pensar que basta con adjuntar al enfoque economicista un enfoque democrático a la hora de tratar cuestiones como el de la corrupción. Lamentablemente para quien proponga eso, el intento sería vano, pues ambos enfoques son excluyentes y no compatibles. Desde el punto de vista de los derechos fundamentales, es mejor vivir en una democracia sólida pero menos próspera económicamente que en una dictadura rica. Pero, además, la democracia puede ofrecer las condiciones para que todos los derechos se encuentren protegidos y florezcan, incluyendo los derechos económicos de las personas. 


Escrito por

Alessandro Caviglia Marconi

Filósofo. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.


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